Y los líderes sociales, ¿qué?
- Reportero Clúster Ideas
- 7 jun 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 jun 2020
La cuarentena confirmó que al Estado colombiano jamás le han interesado los líderes sociales. En esta crisis los hostigamientos no han cesado para la población que defiende los derechos de las comunidades, más aún cuando los grupos al margen de la ley están aprovechando el confinamiento para ejecutar matanzas en diferentes departamentos del país. El Coronavirus ha sido un aliciente para que militaricen estas zonas. Sin embargo, el ejército, al hacer presencia en estos lugares está complicando la situación para los líderes sociales. A causa de ello, la violencia emerge por los enfrentamientos de esta entidad estatal contra los grupos subversivos. Así, los líderes declaran que la militarización aumenta la violencia, por lo tanto, necesitan de la ayuda diligente del Estado.
Pero al gobierno de Iván Duque esto parece no interesarle. Es un hecho ya conocido que para el Estado los asesinatos de líderes sociales continúan significando muertes aisladas, es decir, los entes gubernamentales tienen la creencia de que a los líderes los están matando por problemas personales, y no por la disputa de los territorios que ellos defienden ante los grupos armados que pretenden apropiarse de estas tierras, con el fin de producir cultivos ilícitos de coca. Desde este punto de vista, surgen algunas preguntas: ¿Acaso las muertes de líderes en medio del confinamiento son netamente individuales o sistemáticas? Si echamos un vistazo al reporte de Indepaz, “son veinteocho líderes los que han sido asesinados durante el aislamiento social”. ¿No resulta un poco ignorante pensar que el gobierno piense que estas muertes son individuales y no sistemáticas? Que más se puede esperar de un presidente que invierte dinero en camionetas blindadas y no en los planes de acción y prevención para los líderes sociales.
Era de esperarse. Nada bueno podía salir de un presidente que proviene del Centro Democrático, uno de los partidos políticos que más se ha opuesto a muchos de los acuerdos de paz que se han querido llevar a cabo en el país, como lo es la JEP. Y al parecer, tampoco les interesa la paz promovida por los líderes sociales, pues el gobierno tiene en la marginalidad a muchos departamentos de Colombia en los que se han presenciado más asesinatos de estas personas comunitarias, que ayudan a cuidar y desarrollar los territorios. A parte de que el Estado no protege a los líderes sociales, tampoco escucha las objeciones acerca de las supuestas soluciones que se tienen para garantizar la protección de los territorios y de las comunidades. Así por ejemplo, Juan Carlos Quintero, uno de los líderes del Putumayo, ha afirmado que el gobierno debe retirar la erradicación forzada de la cocaína, pues esto lo único que genera es un profundo conflicto entre las comunidades campesinas y la fuerza pública, sin mencionar que deja el espacio abierto para que se formen conflictos bélicos entre guerrillas como el Eln y el Epl, ¿y qué ha respondido Duque? Nada. Veamos otras objeciones.
En Chocó, la líder Leyner Palacios, criticó la fumigación terrestre de cultivos de Coca en la región, ya que se contaminan los ríos y el agua queda inutilizable para el consumo humano. ¿Y qué ha hecho Duque? En realidad la única respuesta —paupérrima diría yo— que se dio a conocer por parte del gobierno es que se publicaría un informe donde se contextualiza la situación de los líderes sociales y defensores de derechos humanos. Además se estipuló que aparecerá la lista política de protección a líderes sociales. Sin embargo, como ya había dicho la consejera presidencial para los derechos humanos, Nancy Patricia Gutiérrez, las organizaciones sociales que dirigen a la construcción de esa política se retiraron y suspendieron la conversación con el gobierno. De tal modo, puede decirse que no hay una certeza de que todo aquello se cumpla.
Ni siquiera la pandemia pudo detener la peste del asesinato. En medio de la cuarentena, muchos líderes sociales siguen muriendo a manos de grupos armados que lo único que buscan es colonizar los territorios de coca y sembrar caos y dolor. Mientras que el presidente se dedica a diseñar discursos superficiales y el Estado judicial a perseguir a los periodistas; los líderes sociales se encuentran solos, sin encontrar ningún apoyo concreto en ninguna entidad gubernamental. Como quien dice, ellos nunca han tenido presidente. Da lo mismo. Finalmente, tampoco nosotros lo hemos tenido.
Estefanía Mosca Torres
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