La educación después del Coronavirus

El coronavirus cambió la metodología de la educación en todo el mundo. En los países subdesarrollados que no han invertido suficientes recursos en la tecnología, esto tuvo consecuencias imprevistas. Colombia es uno de los países con un sistema de educación arcaica. La actual coyuntura evidenció la desigualdad tecnológica de muchos estudiantes de universidades y colegios. A causa de ello, la brecha que se extendió entre la educación pública y privada ha sido el detonante que permitió comprobar que la enseñanza no se ha modificado para las nuevas generaciones. Según Julián de Zubiría, investigador pedagógico, “en Colombia hay que retomar la televisión y la radio. Esa es la única posibilidad en el corto y mediano plazo. De manera organizada y sistemática, hay que trasladar las aulas de todos los grados y áreas a la televisión. Esto exige la conformación de un comité pedagógico muy diverso, plural y amplio, de manera que se garantice una adecuada selección de contenidos pedagógicos”. De acuerdo con lo dicho, es posible pensar que lo propuesto por el autor podría presentarse como una solución inmediata al retraso que tiene Colombia en el ámbito tecnológico.

Ahora bien, la adaptación de un espacio virtual ha sido complejo para los estudiantes. En primer lugar, esto se debe a la falta de artefactos tecnológicos que permitan buscar el conocimiento por medio de la virtualidad. En segundo lugar, la falta de acceso a internet en el área rural y urbana que tienen algunos estudiantes. Sin embargo, la educación no será la misma después de que termine la pandemia. En en este caso, es posible decir que se verá una transformación en el sector académico. La conectividad ha provocado una gran demanda, pues permite retomar los aprendizajes que se han venido postergando desde que inició la cuarentena. Cabe entonces preguntarse: ¿cómo podría influir el Coronavirus en el desarrollo tecnológico del país? Para responder a este interrogante, es necesario tener en cuenta que el virus puso en evidencia la poca inversión que ha tenido Colombia en cuanto al desarrollo tecnológico. Esta premisa debería ser un aliciente para que el Ministerio de Educación y las TIC reconfiguren los planes para mejorar en términos de tecnología.

La razón principal por la que se debería prestar más atención al campo tecnológico, es porque probablemente en el futuro la metodología de la educación se reconfigure para ser virtual. De este modo, los estudiantes podrán obtener conocimientos de profesores internacionales. Así lo manifestó Yuval Harari en una entrevista para el Tiempo: “si las universidades se dan cuenta de que pueden enseñar por internet, una vez que termine la crisis, aunque muchos cursos vuelvan a la normalidad, otros se seguirán impartiendo online, lo que significa que pueden contratar personas en otros países para dar clases, algo que podría cambiar el mercado laboral académico, por ejemplo, con universidades europeas contratando profesores de India, que les serían mucho más baratos y podrían enseñar de forma virtual. Es solo un ejemplo de lo que podría pasar en muchas más industrias”. Lo anterior, refleja una perspectiva amplia sobre las oportunidades que pueden generarse a través del aprendizaje virtual, en el que la formación intelectual se ve forjada por profesores que contienen información avanzada y sea posible un espacio para inmiscuirse en temas que contribuyan de manera favorable a las sociedades subdesarrolladas.

Finalmente, la educación virtual puede ser el comienzo de un tipo de aprendizajes que ayude a fortalecer la educación. No hay que descartar la opción de este nuevo modelo que propone Harari. Al adoptar la educación virtual, las universidades pueden favorecer a las personas que no se les facilita ingresar a una universidad por medio presencial, de manera que puedan encontrar una oferta donde se garantice un conocimiento de calidad, no solo para estas personas, sino también para los estudiantes que estudian por medio presencial.

Estefanía Mosca